El chorizo tiene carácter: notas ahumadas, picantes y grasas que piden un tinto con estructura. La idea es que el vino tenga suficiente cuerpo para equilibrar la intensidad de sabores.
Cabernet Sauvignon
Clásico chileno por excelencia. Su estructura, taninos firmes y notas a fruta negra se llevan muy bien con la grasa del chorizo.
Carmenere
Nuestra cepa emblema. Su suavidad, toques especiados y final sedoso acompañan perfecto los sabores de nuestro chorizo..
Gran opción para tablas mixtas.
Syrah (o Shiraz)
Más frutal, con notas a pimienta y humo. Perfecto para acompañar las notas picantes de nuestro chorizo.
El jamón serrano curado lentamente tiene un sabor delicado, salino y profundo. Aquí buscamos vinos que acompañen esa sutileza sin opacarla.
Pinot Noir
Ligero, con taninos suaves y aromas a frutas rojas. Deja que el jamón brille y lo acompaña con sutileza.
Merlot
Más suave que un Cabernet, con cuerpo medio y notas frutales. Aporta dulzor y estructura sin ser invasivo.
Carmenere
Suavidad + especias: se adapta muy bien a ambos productos.
Rosé seco (rosado chileno)
Refrescante, frutal y ligero. Una opción fresca, diferente y fácil de tomar.
Espumante Brut
Como comodín elegante. Limpia el paladar y resalta todos los sabores.
¿Importa la temperatura del vino?
Tintos jóvenes: 14–16 °C (ligeramente frescos)
Espumantes y blancos: 8–10 °C
¡Nada peor que un vino caliente o demasiado frío!